La otra mirada del...



Teatro Pradillo. Madrid
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Aunque suene a tópico usado, vapuleado y malgastado, el flamenco es EL arte por excelencia de España. El que nos representa, por el que se nos conoce y el que ha generado que la fusión en el mundo de las artes de nuestro país sea aún más ecléctica. Ya no sólo el mundo de la danza y la música, sino pintores, escenógrafos, escultores y artistas en el sentido más amplio y menos genérico de la palabra se han servido del flamenco como arma de extrapolación, de mezcla de razas y estilos y como exacerbación de la pasión desde un sentido maximalista, desgarrado y desencarnado. El Teatro Pradillo también lo entiende así y, lejos de programar los espectáculos de flamenco clásico o buscar grandes nombres o adaptaciones independientes de obras clásicas, apuesta por el flamenco contemporáneo: aquel que tiene bastante de la raíz clásica pero que reaplica un toque de modernidad sin tapujos y extrapolando el arte flamenco hacia dimensiones desconocidas.

La otra mirada del flamenco es una suerte de festival que organiza el Teatro Pradillo madrileño que contará durante todo el mes de agosto con espectáculos escénicos que mezclan danza, música, teatro, vídeo, historias de amor, cante y pasión por el género. La misma pasión que lleva a las tres compañías andaluzas invitadas a vestir de rojo el verano madrileño y aportar un tono de color diferentes a los (escasos y clásicos) espectáculos que este verano se pueden disfrutar en Madrid. De esta manera, Cartas de amor transformará el escenario del Pradilloen una misa flamenca durante diez días (es el espectáculo que más tiempo tendrá de exposición) en la que la joven (apenas 22 primaveras) Selene Muñoz, acompañada por Adrián Santana, nos mostrará su peculiar modo de entender las cartas de amor. Allí se darán cita, basado en la estructura de las Sevillanas, el amor, el desamor, el desengaño, la esperanza y el género flamenco provisto de una voz joven y experta en nuevos matices, aportando un grado de diferenciación a la danza nunca antes visto. La segunda de las obras será para Por si acaso amanece, un montaje flamenco de la Compañía José Barrios. Tres bailaores, tres voces, una guitarra, un cajón y un instrumento de viento para dar vida a una historia centrada en la noche, con la pretensión de dar rienda suelta al espíritu soñador, a llenar de vida y fantasía cada momento. El flamenco mezclado con el funk y el jazz visto desde los ojos de uno de los bailaores más rompedores de la escena independiente, con quince años a sus espaldas bailando para diversas compañías, recorriendo el mundo y, en esta ocasión, apostando fuerte por el cambio de tónica en su visión del flamenco, el arte, sus uniones y desuniones. El tercer y último espectáculo es, si acaso, el que tiene un mayor grado de versatilidad y que se acerca más fervientemente a la modernización del género. Se trata de A posteriori, un montaje escénico centrado en el baile y en la imagen del arte en un sentido global. Por eso es que la compañía centra su espectáculo en el bailaor como protagonista base que se encarga de llenar el espacio vacío, sirviéndose de pantallas, enfrentándose al miedo, adaptando la queja al baile y de ahí a la aparición de los sonidos. Un espectáculo goloso, totalmente diferente y con un trabajo de dirección superior. En verano, Madrid no está solo: el arte flamenco contemporáneo sirve de acompañamiento y banda sonora de un periodo estival agitado y seco de propuestas nuevas. ¡Ojú!

Cabarets de verano

Por Patricia Fernández Pérez
26 de julio de 2010 - http://madrid.travelarte.com
“La vida es una historia contada por un idiota, llena de estruendo y furia, que nada significa”, decía Shakespeare y puede que tenga razón, por lo menos así lo ven los tres espectáculos dedicados al cabaret que actúan este verano en Madrid. Espectáculos burlescos, llenos de sátiras y humor en los que nos podemos ver reflejados en reflexiones, más o menos profundas, pero inherentes al ser humano.
En este género podemos permitirnos las mayores excentricidades, eso sí, mejor interpretarlo como lo que es, una crítica de nosotros mismos, pero siempre desde el punto de vista de la comedia.
Así, repleto de humor negro, en la sala Pradillo, “Monstruos. Catálogo de Perversos”, airea las miserias humanas como la avaricia, el egoismo, el maltrato a las mujeres, el fervor religioso o lo curas pederastas… nadie se salva de la quema. Monstruos, pone al descubierto el lado oscuro de todas las cosas; el trabajo, los amigos o la familia, perversos de carne y hueso personificados por seres grotescos encarnados por Luis Almeida, Antonio Galeano, Laura González, Fernanda Orazi o Marina Wainer, que intentarán sacar la nota ácida y la sonrisa de los espectadores pero que esconde una dura crítica tan intensa como divertida.
Mucho más recatada en su puesta en escena, que no en su título, “Porno Casero”, estará hasta primeros de agosto en el Teatro Triángulo. No hay que preocuparse, aquí no se enseña más que alguna que otra cacha, pero sí se desnuda el alma de seis mujeres unidas por las frustraciones, el deseo, los rencores o los celos. El espectáculo invita a la reflexión entorno a la forma de relacionarse con los otros, la condena que supone la convivencia donde personajes claustrofóbicos, repletos de sentimientos, manías y obsesiones se entremezclan en cuatro piezas para exponer las relaciones privadas bajo el prisma de la risa. Mariana Cordero y Helena Castañeda, son dos actrices X de andar por casa, que se quedan encerradas en el piso en el que van a rodar su película, en ese momento el “porno emocional” es el único que aparece en la sala.
Y, con estética colorista del circo ¿Pasión sin Puñales? (del que ya hablamos), artistas internacionales comomagos, malabaristas, trapecistas, tragasables y la mítica artista del burlesque Catherine D´Lish que, envuelta en plumas azules hará un elegante striptease junto a un maestro de ceremonias y la animada Orquesta del Price, se encargarán de llevar el espíritu del viejo cabaret estilo años 20 a los espectadores sentados en unas coquetas mesas frente al escenario. Su creador Andrew Watson, puede presumir de haber trabajado para el Cirque du Soleil.
  
Dónde y cuándo:
Monstruos. Catálogo de perversos. En el Teatro Padrillo. Pradillo 11. Hasta el 31 de julio
Porno Casero. En el Teatro Triángulo. Zurita, 20. Hasta el 1 de agosto
¿Pasión sin puñales?. Circo Price. Ronda de Atocha, 35. Hasta el 31 de julio

Fogones en el escenario

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TEATRO | Hasta el 31 de julio
Fogones en el escenario


Una compañía argentina invita a comer mientras ve una obra de teatro
Jaime Iglesias (La Luna de Metrópoli) | Madrid

sábado 24/07/2010 11:35 horas

El cineasta John Waters, siempre atento a la provocación, desarrolló a finales de los 70 un sistema llamado Odorama para posibilitar a los espectadores acceder a los efluvios emitidos por los protagonistas de su película 'Polyester'.

Se trataba de romper las barreras del cine bidimensional, algo ya superado con la consolidación de los filmes en 3-D. El medio escénico, donde hace ya tiempo se acabó con la convención de la cuarta pared, también anda en busca de fórmulas que doten de un valor añadido al espectáculo en vivo. Una de las últimas tendencias es incitar a los espectadores a activar su sentido del gusto paralelamente a la vista y el oído.

La Fura dels Baus acaba de presentar en Almagro 'Degustación de Titus Andrónicus', donde se reinterpretaba el clásico shakesperiano invitando a una parte del público a un banquete antropófago, una buena excusa para llevarse el tupper al teatro y sacar a relucir nuestro lado más mezquino haciendo acopio de la comida sobrante para mejor ocasión.

También cabe la posibilidad de hacer de la mezquindad bandera y convertir las miserias humanas en eje vertebrador de un espectáculo, tal y como sucede en 'Monstruos. Catálogo de perversos', la última creación de la argentina Marina Wainer quien, junto a su compañía, aterriza en el Teatro Pradillo para ofrecernos una cáustica propuesta de cabaret donde salen a relucir todas nuestras bajezas morales: la maldad, la avaricia, el egoísmo, etc.

La idea es confrontar al espectador consigo mismo pero no de forma trágica sino con un punto de hedonismo, invitándole a ejercer la canallesca a imagen y semejanza de los distintos personajes que desfilan por el escenario. De ahí que los responsables del espectáculo hayan ideado un espacio para el esparcimiento del respetable con mesitas, cojines y manteles dispuestos para que el espectador que lo desee pueda organizar un picnic mientras asiste a esa mezcla de vodevil, teatro de marionetas, danza y cabaret que es 'Monstruos. Catálogo de perversos'.

Convertido en un protagonista más de la función, al público se le invita a descalzarse, repantigarse y sacar la comida de la tartera o bien quitarle el papel de plata al bocata de rigor, y hacerlo sin preocuparse de la etiqueta que se le presupone a un espacio consagrado a las artes escénicas. La copa corre a cuenta de la casa.

Y si va con las manos vacías...

Aquéllos que opten por acudir de vacío al Teatro Pradillo, que no se preocupen, acorde con el carácter entre populachero y rebajado que se pretende para esta colección de monstruos, la compañía obsequiará al respetable con perritos calientes (paradigma de lo que muchos llaman comida basura) y sangría (elixir de guiris desvergonzados).

Se trata, en definitiva, de apelar a la comida para terminar por infundir un carácter festivo y hasta cierto punto grotesco a un espectáculo que pretende ser una evocación circense de la perversión, ejemplificada en esos vicios primitivos que son innatos a todo ser humano y cuyo inventario dio lugar a los siete pecados capitales. Y, puestos a pecar, mejor hacerlo desde la gula que desde la ira.

'Monstruos. Catálogo de perversos'. En el Teatro Pradillo (Pradillo, 12) hasta el 31 de julio.