Butaca con bocata



Monstruos, el cabaret de la Pradillo

Rafael ESTEBAN | Publicado el 16/07/2010

Una galaxia de freakies se dan cita en la Pradillo, en el cabaret Monstruos. En el recuerdo, la viejas barracas de feria.


La idea de que el cabaret es un género teatral propio de tiempos de crisis parece confirmarse. Si se echa un vistazo a la cartelera madrileña, se ve que el género, en sus diferentes modalidades y formatos, florece cada vez con más frecuencia. Monstruos, una creación de Marina Weiner , es uno de los más interesantes del cartel capitalino, producción del Teatro Pradillo.

La obra es “un cabaret canalla”, según la definición de Weiner, autora y directora de origen argentino afincada en Madrid y cuyo campo de acción es la escena alternativa, donde ha estrenado piezas como El cuerpo deshabitado. Para esta ocasión, Weiner ha optado por una propuesta festiva, más propia de épocas estivales. Ha convocado a “una galería de personajes monstruosamente patéticos y divertidos” con los que darse un paseo por las calles de cualquier ciudad de estos tiempos. Por ese espacio deambulan “malos de verdad y aspirantes a perversos”, que expone en extremo la maldad, la avaricia, el egoísmo... Es el rescate de aquellos personajes raros y maltrechos, freakies, que poblaron en su día las barracas de feria y que hoy parecen haber encontrado su lugar natural en los platós de televisión.

Con ellos Weiner teje historias ambientadas en tiempos críticos, situaciones desesperadas o absurdas, pero contadas con humor. Y para ello mezcla lenguajes (texto, danza, marionetas) y géneros (vaudeville, burlesque...).

En el reparto cuenta con la colaboración de artistas de la escena alternativa madrileña con los que trabaja habitualmente., como la argentina Fernanda Orazi, Luis Almeida, Antonio Galeano, Laura González, Mar Pina, José Gómez y la misma Wainer. La música es original de Galeano y Gómez.
Con Monstruos, Pradillo vuelve la cabeza a experiencias escénicas probadas en el pasado. Como A pedir de boca, aquellos originales e interesantes espectáculos de danza con coreografías inspiradas en platos gastronómicos que el público podía degustar y que tan buena aceptación tuvieron.

Esa idea ha servido como punto de encuentro con la nueva propuesta estival, aunque en la práctica ésta es pelín más cutre: para empezar, las viandas no son un ejemplo de sofisticación, ya que los espectadores que van a ver Monstruos son obsequiados con perritos calientes y otros alimentos de similar riqueza nutritiva a los que se suma sangría y en ocasiones muy, muy especiales, champán. La propuesta es mucho más atrevida, pues también se permite a los espectadores llevar el “tupper o el bocata”de su cosecha. Estará en cartel hasta el el 31 de julio.

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