Julio Bravo en los foros de Ophelia.net y Mariano Rochman que aportan más opiniones sobre la Sala Ítaca y su desafortunado cierre:
Recibí un mail de la Sala Ítaca donde ofrecían la posibilidad de expresar lo que sientes en relación a su cierre a finales de abril.
La mayoría no sabrá que debo haber sido de los primeros, fuera del entorno íntimo de la gente de la sala, que se enteró de su inminente cierre, el 22 de mayo tenía fecha de estreno de mi obra “Agujeros Negros” y obviamente la gente de Ítaca debió, a su pesar, informarme que no la haríamos, cierran porque su situación económica es insostenible.
Lo primero que me vino fue una sensación de angustia, de tristeza, tenía que hablar con los actores y compartir el amargo sabor de no poder mostrar nuestro trabajo, nuestra ilusión, nuestro arte; Y todo porque la sala cierra. Uno de los pocos espacio alternativos que hay en Madrid, no puede seguir adelante, y no hablo de ganar dinero, sé fehacientemente que ninguna de las pocas salas alternativas que hay lo ganan, sino de poder mantener el espacio con un mínimo de dinero.
¿Cómo se llega a esto? ¿Cómo un país donde se habla de crecimiento año tras año y una comunidad como la de Madrid que se jacta de su progreso constante no hace nada por mantener los pocos espacios de cultura?
¿Es posible que espacios donde entran 50 espectadores tengan los mismos requerimientos que los grandes teatros?
Pienso que los espacios culturales si bien tienen dueños, hay algo tácito en donde de alguna manera son de todos, más si tienen alguna de las pocas ayudas que dan en el Inaem, ayuntamiento o en la comunidad. ¿No es responsabilidad de ellos mantener estos espacios abiertos? Pensando en la desaparecida sala Ensayo 100 o en el intento de cierre del teatro Albéniz parece que no.
Veo lo que se gasta en eventos como “La noche de los teatros”, “la noche en blanco” y otros tantos emprendimientos de dudosa calidad artística y pienso si no sería más interesante invertir en fomentar que la gente vaya más al teatro o en departamentos de apoyo y cuidado a los teatros y compañías alternativas.
¿Deben las pequeñas y mediana compañías aplicar para las ayudas con las grandes productoras? La respuesta es obvia.
Reflexiono en lo que pasa con el teatro en Nueva York, París o Londres, muchos me dirán que sus economías son bien diferentes, pero creo que lo diferencia está en la posición cultural, basta con mirar a Buenos Aires, donde se hace teatro en salones de pisos, peluquerías situadas en séptimas plantas, sótanos y salas con poca infraestructura, apoyo económico y solvencia. Eso sí, hay un público constante y una posición cultural diferente.
Mi sensación de angustia y tristeza es por partida doble, no sólo en esta ocasión me he quedado sin sala donde hacer mi obra, además veo cerrar otro espacio hecho con esfuerzo, ilusión y deseo y nadie hace nada. ¿Estaré viviendo en una ciudad donde no tiene cabida el teatro alternativo? Como pregunta retórica tiene una respuesta clara.
Mi respetuoso saludo y apoyo a la gente de la Sala Ítaca.
--Mariano Rochman, 17 de abril de 2008.
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